Españoles:
La Junta revolucionaria de Sevilla faltaría al primero de sus deberes si no comenzara por dirigir su voz a los habitantes todos de esta provincia y a la nación entera, manifestándoles los principios que se propone sustentar y defender como base de la regeneración de este desgraciado país...
1º. La consagración del sufragio libre y universal como base y fundamento de la legitimidad de todos los poderes y única verdadera expresión de la voluntad nacional.
2º. La libertad absoluta de imprenta...
3º. La consagración práctica e inmediata de todas las demás libertades, la de enseñanza, la de cultos, la de tráfico e industria... y la reforma prudente y liberal de las leyes arancelarias, hasta que el estado del país permita establecer de lleno la libertad de comercio.
4º. La abolición de la pena de muerte y el planteamiento del sistema penal penitenciario.
5º. La seguridad individual eficazmente garantizada, así como la absoluta inviolabilidad del domicilio y de la correspondencia.
6º. La abolición de la Constitución bastarda que nos venía rigiendo...
(...)
¡Viva la libertad! ¡Abajo la tiranía! ¡Viva la soberanía nacional!
Proclama de la Junta provisional revolucionaria de Sevilla, 20 de septiembre de 1868.
Otra redacción sobre el mismo documento es la siguiente
“ESPAÑOLES:
La Junta revolucionaria de Sevilla faltaría al primero de sus
deberes si no empezara por dirigir su voz a los habitantes todos de
esta provincia y a la nación entera, manifestándoles los principios
que se propone sustentar y defender como base de la regeneración de
este desgraciado país, cuyo entusiasmo no ha podido entibiar tantos
siglos de tiranía y cuya virilidad no han podido debilitar tantos
años de degradación.
1º)
La consagración del sufragio universal y libre como base y
fundamento de la legitimidad de todos los poderes y única verdadera
expresión de la voluntad nacional.
2º)
La libertad absoluta de imprenta, sin depósito, fianza ni editores
responsables, y sólo con sujeción a las penas que marca el código
para los delitos de injuria y calumnia.
3º)
La consagración práctica e inmediata de todas las demás
libertades, la de enseñanza, la de cultos, la de tráfico e
industria, etc., y la reforma prudente y liberal de las leyes
arancelarias, hasta que el estado del país permita establecer de
lleno la libertad de comercio.
11º)
Cortes constituyentes por sufragio universal directo, para que
decreten una Constitución en armonía con las necesidades de la
época […].
¡¡Viva
la libertad!! ¡¡Abajo la dinastía!! ¡¡Viva la Soberanía
Nacional!!
Sevilla,
20 de septiembre de 1868.”
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