martes, 26 de febrero de 2013

CABALLEROS DE LA ORDEN DEL TOISÓN DE ORO

Caballeros nombrados durante el periodo conocido como “Sexenio Revolucionario”
por 
S.A. el Regente Dº Francisco Serrano Domínguez, Duque de la Torre
 y
 S.M. el Rey Dº Amadeo I de Saboya y Habsburgo-Lorena.

1870
     1024.- Pedro Gómez de la Serna (1806-1871).
     1025.- Casimiro Vigodet y Garnica (1787-1872).
     1026.- Abdulaziz I, Sultán del Imperio Otomano (1830-1876).
     1027-. Muhammad III (ibn al Husayn) al-Sadick, Bey de Túnez (1812-1882).
     1028.- Amadeo I de Saboya y Habsburgo-Lorena, Rey de España (1845-1890).
1871
     1029.- Eugenio de Saboya-Carignan, Conde de Villafranca (1816-1888).
     1030.- Luis Adolfo Thiers, Presidente de la República Francesa (1797-1877).
     1031.- Jorge I, Rey de Grecia (1845-1913).
     1032.- Federico Carlos de Prusia, Príncipe de Prusia (1828-1885).
1872
     1033.- Felipe Eugenio Fernando, Príncipe de Bélgica, Conde de Flandes (1837-1905).
     1034.- Manuel Falco d'Adda y Valcárcel, Marqués de Almonacid de los Oteros (1828-1898).
     1035.- Cirilo Álvarez Martínez de Velasco (1808-1878).
     1036.- Antonio de los Rios y Rosas (1812-1873).
     1037.- Oscar II, Rey de Suecia (1829-1907).

CABALLEROS DE LA ORDEN DEL TOISON DE ORO


Caballeros nombrados por S.M. el Rey Dº Alfonso XII de Borbón y Borbón. 
 
1875
     1038.- Juan Manuel González de la Pezuela y Ceballos, Conde de Cheste (1809-1906).
     1039.- José Osorio y Silva-Bazán, Duque de Alburquerque y Sesto (1825-1909).
     1040.- Alejandro Mon y Menéndez (1801-1882).
     1041.- Mariano Roca de Togores y Carrasco, Marqués de Molins (1812-1889).
     1042.- Manuel Pavia y Lacy, Marqués de Novaliches (1814-1896).
     1043.- Patrice de Mac-Mahon, Presidente de la República Francesa (1808-1893).
     1044.- Otto von Bismarck-Schönhausen, Canciller de Alemania (1815-1898).
     1045.- Carlos Alejandro, Gran Duque de Sajonia-Weimar-Eisenach (1818-1901).
     1046.- Cardenal Giacomo Antonelli, Cardenal Secretario de Estado (1806-1876).
     1047.- Alejandro von Adlerberg, Conde de Adlerberg (1818-1888).
     1048.- Guillermo II, Kaiser de Alemania (1859-1941).
     1049.- Antonio Cánovas del Castillo (1828-1897).
1877
     1050.- Francisco de Borja de Silva-Bazán y Téllez-Girón, Marqués de Santa Cruz (1815-1889).
1878
     1051.- Francisco Santa Cruz y Pacheco (1795-1883).
     1052.- Juan de Zavala y de la Puente, Conde de Paredes de Nava (1804-1879).
     1053.- Manuel García Barzanallana, Marqués Barzanallana (1817-1892).
     1054.- Federico I, Gran Duque de Baden (1826-1907).
     1055.- Arsenio Martínez-Campos Antón (1831-1900).
     1056.- Victor Manuel III, Rey de Italia (1869-1947).
1879
     1057.- Antonio María Fontes Pereria de Melo, Primer Ministro de Portugal (1819-1887).
1880
     1058.- Abdul Hamid II, Sultán del Imperio Otomano (1842-1918).
     1059.- Antonio María de Orléans Borbón, Duque de Galliera, Infante de España (1866-1930). 
1881
     1060.- Gaston de Orleans, Conde de Eu (1842-1922).
     1061.- Manuel Antonio de Acuña y Dewite, Marqués de Bedmar (1821-1883).
     1062.- Gustavo V, Rey de Suecia (1858-1950).
1882
     1063.- Jules Grévy, Presidente de la República Francesa (1807-1891).
1883
     1064.- Nicolás II, Zar de Rusia (1868-1918).
     1065.- Federico VIII, Rey de Dinamarca (1843-1912).
     1066.- Alberto Guillermo Enrique, Príncipe de Prusia (1862-1929).
     1067.- Mutsu Hito, Emperador del Japon (1852-1912).
     1068.- Alfonso Sajonia-Coburgo-Gotha, Infante de Portugal, Duque de Oporto (1865-1920)
1884
     1069.- José de Posada Herrera (1814-1885).
     1070.- Fernando Calderon (de la Barca) y Collantes, Marqués de Reinosa (1811-1890).
     1071.- Rafael de Bustos y Castilla-Portugal, Marqués de Corvera (1807-1894).

martes, 19 de febrero de 2013

POLINESIA ESPAÑOLA

     A veces buceando en el ciberespacio se lleva uno sorpresas, la mayoría desagradables cuando no de mal gusto, pero otras te despierta la curiosidad. Este es uno de esos casos, ya desde hace bastante tiempo viene apareciendo un dato de forma recurrente, y es el de la existencia de un territorio español en Oceanía. Como cualquier profesor de Geografía e Historia ante esta noticia se puede reaccionar con una sonrisa, cuando no con una sonora carcajada, pero sin embargo son de esos datos que despiertan la curiosidad. 

      La cuestión sacada de contexto no deja de ser un fricada como muchas otras, que aparecen en la red, pero cuando uno profundiza resulta que este no es su origen, si no que incluso en algún momento de la historia contemporánea ha sido tratado en el Consejo de Ministros, que a día de hoy tampoco es que sea garante de fiabilidad alguna.

      Después de esta larga y banal introducción paso a explicar el asunto.

      Un investigador del CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas) el jurista Dº Emilio Pastor y Santos en 1948 revisando los tratados del Archivo del Ministerio de Asuntos Exteriores descubrió que legalmente el Estado español podría hacer una reclamación de soberanía sobre algunos territorios que habían pasado desapercibidos tanto para los juristas como diplomáticos españoles y extranjeros del siglo XIX y XX, se trataría en concreto de cuatro islas o atolones en el Océano Pacífico conocidas en las fuentes como Os Güedes, Coroa, Ocea y Pescadores, cuya ubicación se encuentra entre Melanesia y Micronesia.

      Tenemos que tener en cuenta que la zona había sido explorada por los españoles a lo largo del siglo XVII, en el caso que nos atañe parece que fueron descubiertas por la expedición dirigida por Hernando de Grijalva a bordo de la nave Santiago allá por 1537. La narración de dicha expedición fue recogida en el llamado “Tratado dos Descobrimientos” redactado en 1555 por Dº Antonio Galvao, al recoger los testimonios de los supervivientes de la expedición tras su rescate.

       La base legal sobre la que podría sustentar dichas reclamación es que dichas posesiones no aparecen contempladas ni en el tratado hispano-estadounidense (Paz de París de 10 de diciembre de 1898, ni su posterior corrección de 1900 por el que se cede la soberanía sobre las islas Cagayán y Sibutú en el Mar de Joló), ni en el Tratado germano-español de 30 de junio de 1899 por el que se cedía al Imperio alemán los archipiélagos de las Carolinas, Palaos y Marianas (excepto Guam) a cambio de 25 millones de pesetas de la época, y una serie de prerrogativas como la posibilidad del establecimiento de una serie de depósitos en dichos archipiélagos destinados a la marina española, tanto de guerra como la mercante incluso en tiempo de conflicto bélico. Ante la insistencia de Pastor y Santos logró que el tema llegara el 12 de enero de 1949 al Consejo de Ministros presidido por Francisco Franco que declaró que los derechos sobre las islas “subsistían”, aunque “mientras no se aclare el asunto, procede esperar antes de efectuar gestión alguna” y desde entonces, así quedó la cosa, y ningún gobierno posterior ha mostrado interés sobre el asunto.

     En 1950 Dº Emilio logra que el CSIC le publicara el libro “Territorios de Soberanía Española en Oceanía”, donde intenta justificar su hipótesis de la españolidad de dichas islas y los posibles beneficios que reportaría su ocupación, planteando un proyecto de colonización de las mismas.
 
     Esto sobre el papel esta muy bien, pero lo cierto es que si consultamos cualquier atlas geográfico no encontraremos ninguna isla que se corresponda a dichos nombre, con lo cual aparece un nuevo problema cuales son realmente estas islas que había identificado Dº Emilio Pastor y Santos como partes integrantes de la Soberanía Española.

      Si utilizamos cartografía antigua (finales s. XIX) en la que aparecen los límites de los imperios coloniales en el Pacífico, podemos intentar dar solución a esto. Utizando el Mapa de Richard Andree de 1895 podemos apreciar las fronteras entre las posesiones alemanas, españolas y  holandesas en la zona.


     Si nos fijamos fuera del conjunto formado por los archipiélagos de las Carolinas y Palaos y por encima de la Frontera Germano-Española aparecen una serie de islas nombradas de la siguiente forma Mapia (justo encima de Nueva Guinea), Greenwich, Nukuor y Matador, que se corresponderían respectivamente con Os Güedes, Pescadores, Coroa y Ocea. A día de hoy estas islas reciben otras denominaciones Mapia, Kapingaramangi y Nukuoro, el caso de la isla Matador se desconoce su ubicación exacta y probablemente se trata de algún tipo de arrecife o fondo marino de la zona que en el pasado se encontraba emergido. Estos atolones forman parte hoy de Indonesia (Mapia) y los Estados Federados de Micronesia (Kapingaramangi y Nukuoro). 

     En cuanto a la cuestión de la Soberanía Española sobre estos territorios en su época tuvo un carácter testimonial, no hubo proceso colonizador, ni asentamiento estable por parte de los españoles ni de la administración, con lo cual la soberanía recaería en todo caso sobre sus posibles habitantes. En cierto modo no tiene sentido reclamar a día de hoy un territorio del cual la mayor parte de los españoles desconocen su existencia, además de tratarse de territorios de escaso valor económico (razón última que prima en muchos casos ante este tipo de reclamaciones). Se trata de un olvido de administrativo, de los cuales existen tantos, pero que en este caso afecta a un fundamento del propio estado como es reconocimiento de la soberanía sobre sus territorios. El mundo es así. 

LOS ÚLTIMOS DE FILIPINAS: LOS HEROES DE BALER

     La Historia Militar Española de vez en cuando sorprende a propios y extraños, con muestras del máximo sacrificio y heroísmo por parte de los soldados del Ejército Español. Este es el caso de los militares sitiados en la localidad de Baler, en la actual Filipinas, donde un destacamento resistió un asedio frente a los independentistas filipinos, desde 30 de junio de 1898 al 2 de junio del año siguiente, un total de 337 días. Teniendo en cuenta que el fin de la guerra tuvo lugar el 10 de diciembre del 1898, los soldados españoles combatieron 174 días en una guerra que ya había finalizado.


     El número de individuos sitiados en la Iglesia de Baler ascendía a 60 personas, incluyendo dos misioneros enviados por los filipinos. De ellas 15 murieron de beriberi o disentería, dos por heridas de combate, 6 desertaron y 2 fueron fusilados por tras ser declarados culpables de intento de deserción.


Estas personas eran:

Comandante político-militar de El Príncipe

  • Capitán de Infantería Enrique de las Morenas y Fossi, natural de Chiclana de la Frontera , Cádiz. Falleció por enfermedad el 22 de noviembre de 1898;


Tropa del Destacamento de Baler.
Pertenecientes al Batallón Expedicionario de Cazadores nº 2”


  • 2º Teniente Juan Alonso Zayas, natural de Puerto Rico. Falleció por enfermedad el 18 de octubre de 1898;
  • 2º Teniente Saturnino Martín Cerezo, natural de Miajadas, Cáceres;
  • Cabo Jesús García Quijano, natural de Viduerna de la Peña, Palencia;
  • Cabo José Chaves Martín. Falleció por enfermedad el 10 de octubre de 1898;
  • Cabo José Olivares Conejero, natural de Caudete, Albacete;
  • Cabo Vicente González Toca. Fusilado el 1 de junio de 1899;
  • Corneta Santos González Roncal, natural de Mallén, Zaragoza;
  • Soldado de 2ª Felipe Herrero López. Desertó el 27 de junio de 1898;
  • Soldado de 2ª Félix García Torres. Desertó el 29 de junio de 1898;
  • Soldado de 2ª Julián Galvete Iturmendi. Falleció debido a heridas el 31 de julio de 1898;
  • Soldado de 2ª Juan Chamizo Lucas, natural de Valle de Abdalajís, Málaga;
  • Soldado de 2ª José Hernández Arocha, natural de La Laguna, Tenerife;
  • Soldado de 2ª José Lafarga Abad. Falleció por enfermedad el 22 de octubre de 1898;
  • Soldado de 2ª Luis Cervantes Dato, natural de Mula, Murcia;
  • Soldado de 2ª Manuel Menor Ortega, natural de Sevilla;
  • Soldado de 2ª Vicente Pedrosa Carballeda, natural de Carballino, Orense;
  • Soldado Antonio Bauza Fullana, natural de Petra, Mallorca;
  • Soldado Antonio Menache Sánchez. Fusilado el 1 de junio de 1899;
  • Soldado Baldomero Larrode Paracuello. Falleció por enfermedad el 9 de noviembre de 1898;
  • Soldado Domingo Castro Camarena, natural de Aldeavieja, Ávila;
  • Soldado Emilio Fabregat Fabregat, natural de Salsadella, Castellón;
  • Soldado Eufemio Sánchez Martínez, natural de Puebla de Don Fadrique, Granada;
  • Soldado Eustaquio Gopar Hernández, natural de Tuineje, Las Palmas;
  • Soldado Felipe Castillo Castillo, natural de Castillo de Locubín, Jaén;
  • Soldado Francisco Real Yuste, natural de Cieza, Murcia;
  • Soldado Francisco Rovira Mompó. Falleció por enfermedad el 30 de setiembre 1898;
  • Soldado Gregorio Catalán Valero, natural de Osa de la Vega, Cuenca;
  • Soldado Jaime Caldentey Nadal. Desertó el 3 de agosto de 1898;
  • Soldado José Alcaide Bayona. Desertó el 8 de mayo de 1899;
  • Soldado José Jiménez Berro, natural de Almonte, Huelva;
  • Soldado José Martínez Santos, natural de Almeiras, La Coruña;
  • Soldado José Pineda Turán, natural de San Felíu de Codinas, Barcelona;
  • Soldado José Sanz Meramendi. Falleció por enfermedad el 13 de febrero 1899;
  • Soldado Juan Fuentes Damián. Falleció por enfermedad el 8 de noviembre 1898;
  • Soldado Loreto Gallego García, Los Isidros (Requena), Valencia;
  • Soldado Manuel Navarro León. Falleció por enfermedad el 9 de noviembre 1898;
  • Soldado Marcelo Adrián Obregón, natural de Villalmanzo, Burgos;
  • Soldado Marcos José Petanas. Falleció por enfermedad el 19 de mayo 1899;
  • Soldado Marcos Mateo Conesa, natural de Tronchón, Teruel;
  • Soldado Miguel Méndez Expósito, natural de Puebla de Tabe, Salamanca;
  • Soldado Miguel Pérez Leal, natural de Lebrija, Sevilla;
  • Soldado Pedro Izquierdo Arnaíz. Falleció por enfermedad el 14 de noviembre 1898;
  • Soldado Pedro Planas Basagañas, natural de San Juan de las Abadesas, Gerona;
  • Soldado Pedro Vila Garganté, natural de Taltaüll, Lérida;
  • Soldado Rafael Alonso Medero. Falleció por enfermedad el 8 de octubre de 1898;
  • Soldado Ramón Buades Tormo, natural de Carlet, Valencia;
  • Soldado Ramón Donat Pastor. Falleció por enfermedad el 10 de octubre 1898;
  • Soldado Ramón Mir Brills, natural de Guisona, Lérida;
  • Soldado Ramón Ripollés Cardona, natural de Morella, Castellón;
  • Soldado Román López Lozano. Falleció por enfermedad el 25 de octubre 1898;
  • Soldado Salvador Santamaría Aparicio. Falleció debido a heridas el 12 de mayo 1899;
  • Soldado Timoteo López Larios, natural de Alcoroches, Guadalajara;


Enfermería
  • Médico provisional de Sanidad Militar (teniente) Rogelio Vigil de Quiñones, natural de Marbella, Málaga;
  • Cabo Alfonso Sus Fojas, filipino. Desertó el 27 de junio de 1898;
  • Sanitario Tomás Paladio Paredes, filipino. Desertó el 27 de junio de 1898;
  • Sanitario Bernardino Sánchez Cainzos, natural de Guitiriz, Lugo


Religiosos

  • Fray Cándido Gómez Carreño, párroco de Baler. Falleció por enfermedad el 25 de agosto de 1898;
  • Fray Juan López Guillén, misionero destinado en Casigurán, natural de Almonacid de Toledo, Toledo;
  • Fray Félix Minaya, misionero destinado a Casigurán, natural de Pastrana, Guadalajara;

     Existen varias fotografías de los 33 supervivientes al sitio


Esta es probablemente de las más antiguas, en ella falta el Teniente médico Vigil de Quiñones, y fuera realiza en Filipinas.


Otra foto que debió ser tomada el mismo día es la siguiente aunque en este caso aparece coloreada:




RECOMPENSAS A LOS HÉROES DE BALER.


     Los supervivientes del asedio de Baler fueron recompensados por el gobierno español a través de las siguientes decretos:


Real Orden del 4 de septiembre de 1899 (D.O. Núm. 195)


     "Circular. Excmo. Sr.: Enterada S.M. (q.D.g.) de que han llegado a la Península los oficiales y soldados que restan de los que formaron la guarnición de Baler (Filipinas), al mando del Segundo Teniente de la Escala de Reserva de Infantería D. Saturnino Martín Cerezo, considerando que dicha guarnición ha sufrido más de un año de riguroso asedio incomunicada con la Patria y dando señaladas pruebas de su amor a ella y de su culto al honor de las armas; considerando que a las muchas intimidaciones que se le hicieron para rendirse contestó negativamente con heroica entereza hasta que, agotados los víveres y municiones capituló con todos los honores de la guerra, el Rey (q.D.g.), y en su nombre la Reina Regente del Reino, se ha servido disponer que, sin perjuicio de recompensar a cada uno de los oficiales, cabos y soldados del destacamento, según sus merecimientos, se les den las gracias en su Real nombre y se publique en la Orden general del Ejército la satisfacción con que la Patria ha visto su glorioso comportamiento, para que sirva de ejemplo a cuantos visten el honroso uniforme militar. Es asimismo la voluntad de S.M. que se abra juicio contradictorio en la Capitanía general de Castilla la Nueva, para acordar la concesión de la cruz de la Real y Militar Orden de San Fernando a los que se hubiesen hecho acreedores a ella, según su Reglamento".


Real Orden de 28 de septiembre de 1899 (D.O. núm. 215)

"en consideración a los importantes servicios prestados por las fuerzas del Ejército destacadas en Baler (Filipinas), y del heroico comportamiento observado en la defensa de dicho pueblo hasta el 7 de agosto de 1898, en cuyo día fue rechazado el enemigo y puesto en precipitada fuga al intentar asaltar y quemar la iglesia", se concedieron:


- Al Capitán E.R. de Infantería señor Las Morenas, el empleo de Comandante.
- Al Segundo Teniente E.R. de Infantería, D. Juan Alonso, empleo de Teniente Primero.
- Al Segundo Teniente E.R. de Infantería, D. Saturnino Martín Cerezo, empleo de Capitán.
- Al Médico provisional D. Rogelio Vigil, cruz de 1ª clase de María Cristina.
- A los dos cabos, el corneta y 28 soldados supervivientes (comprendido el sanitario), cruz de plata del Mérito Militar con distintivo rojo y la pensión mensual de 7,50 pesetas, vitalicia.



Ley de 6 de marzo de 1908 (D.O. núm. 54)


     "Articulo único. Se concede una pensión vitalicia de sesenta pesetas mensuales a los tres cabos, un corneta y cuarenta y dos soldados de Infantería que componían la guarnición de Baler (islas Filipinas), así como a un sanitario encargado de la enfermería; siendo transmisible dicha pensión a las esposas e hijos de los que hubieran muerto o fallezcan en lo sucesivo, y, de no tenerlos, a sus padres".

     Instruidos los oportunos expedientes, se concedieron luego al Comandante D. Enrique de Las Morenas y al Capitán D. Saturnino Martín Cerezo la cruz Laureada de San Fernando. Parece ser que se solicitó el inicio de un juicio contradictorio para otorgar la Laureada Colectiva a los héroes de Baler, pero no prosperó.


Aunque no solo la legislación española recompensó la actitud heroica de los defensores de Baler.
Decreto de 30 de junio de 1899 de la República de Filipinas

     “Habiéndose hecho acreedoras á la admiración del mundo las fuerzas españolas que guarnecían el destacamento de Baler, por el valor, constancia y heroísmo con que aquel puñado de hombres aislados y sin esperanzas de auxilio alguno, ha defendido su Bandera por espacio de un año, realizando una epopeya tan gloriosa y tan propia del legendario valor de los hijos del Cid y de Pelayo: rindiendo culto á las virtudes militares, é interpretando los sentimientos del Ejército de esta República, que bizarramente les ha combatido; á propuesta de mi Secretario de Guerra, y de acuerdo con mi Consejo de Gobierno.
Vengo en disponer los siguiente:

Artículo único. Los individuos de que se componen las expresadas fuerzas, no serán considerados como prisioneros, sino por el contrario, como amigos; y en su consecuencia se les proveerá, por la Capitanía General, de los pases necesarios para que puedan regresar á su país.

Dado en Tarlk á 30 de junio de 1899.- El Presidente de la República. Emilio Aguinaldo.- El Secretario de Guerra, Ambrosio Flores.

El Presidente de la República de Filipinas, les concedió la Placa Especial de Manila a todos y cada uno de los supervivientes de Baler, tratándolos como amigos y en consideración a su valor y heroísmo.



Ley de 15 de mayo de 1945

      Sobre beneficios a los soldados supervivientes de las heroicas defensas de Cascorro, Caney, Lomas de San Juan y Baler. Aparte la consideración de Tenientes Honorarios, pensión de 6.000 pesetas anuales. Dicha medida no se aplicó a todos por igual, aunque la ley no hacia distinción de ningún tipo, tan solo se vieron beneficiados por la misma aquellos que se encontraron en el bando nacional durante la Guerra Civil Española.

     Entre los supervivientes de Baler se reconoció la condición de Tenientes Honorarios a:

     · Dº Eustaquio Gopar Hernández
     · Dº José Hernández Arocha
     · Dº José Olivares Conejero